La  provincia de Badajoz cuenta con un rico patrimonio de castillos y fortalezas cuyo estado de conservación puede considerarse, en general, aceptable. En el catálogo de la Asociación Española de Amigos de los Castillos (AEAC) aparecen registradas 86 edificaciones de ese tipo, la mayoría pertenecientes a la época cristiano medieval, repartidas en 61 poblaciones.

                            Entre ellas, destaca Olivenza por el elevado número de torres-atalaya con que cuenta, hasta ocho levantadas en lugares estratégicos de su entorno. En realidad, en unas cien poblaciones de la Región se puede encontrar algún tipo de fortaleza, que en algunos casos presentan varios elementos distintos, de forma que sumaban alrededor de 160 los elementos fortificados.

                            Antonio Navareño es considerado el mayor especialista en este tema, y ha afirmado que Extremadura "es de las comunidades más destacadas y más afortunadas por el número realmente denso de fortificaciones".

                            Un número de la revista «Castillos de España» que edita la AEAC fue dedicado de manera monográfica a Extremadura, comunidad con un amplio y diverso legado de fortalezas, palacios, murallas, torres viviendas y recintos amurallados. En otro número anterior, aparecía el inventario de fortificaciones de la comunidad extremeña que actualizaba el elaborado en 1968. En la relación del número 109 de la citada revista figuran 180 edificaciones históricas, la mayoría pertenecientes a a época bajomedieval, repartidas en numerosas localidades de las dos provincias extremeñas. A las grandes fortalezas de carácter militar como de tipo palaciego se unen pequeñas construcciones urbanas y rurales, torres-atalayas, torres viviendas, torres que controlaban las rutas, puestos de peaje, casas fuertes y murallas.

                            La propiedad de algunos de los castillos y palacios que se conservan en la región es privada, traspasados en herencia o adquiridos por compra. Otros pertenecen al patrimonio de la Junta de Extremadura, al Nacional o al de la Iglesia católica.

                            El estado de conservación, en términos generales, se considera menos que aceptable. Lógicamente, aquellas edificaciones que están en uso y habitadas son las que están en mejores condiciones y sobre todo las que han sido adaptadas a Paradores de Turismo, como el castillo de los Duques de Feria, en Zafra.

                            Los particulares, como los de Piedras Buenas o Azagala mantienen también una buena conservación al estar destinados a residencia privada o actividades de hostelería y turismo.

                            Sólo uno, el de las Arguijuelas de Abajo, en la provincia de Cáceres, se oferta en alquiler por el módico precio de 18 millones de pesetas al año. En este castillo, que data de los siglos XV-XVI se presta eventualmente a actividades de hostelería.

                            El de Salvatierra de los Barros, adquirido en 1970 por el inglés John Anthony Denney, sigue habitado por su segunda esposa, Celia Mercedes Royde Smith. Sobre la posesión de esta fortaleza, el Tribunal Supremo acaba de resolver el conflicto que plantearon los herederos del propietario. El litigio se ha prolongado diez años y ha concluido con el reconocimiento de la viuda del propietario a conservar el uso y disfrute del castillo, en contra de las pretensiones de los hijos del esposo. El Tribunal Supremo ha hecho prevalecer el derecho hereditario inglés sobre el español, que reconoce la libertad de testamento. Los hijos de John Anthony Denney reclamaban un tercio de la herencia así como el tercio de mejora como establecen las leyes sucesorias españolas. Pero en este caso el alto tribunal no ha reconocido el principio "reenvío de retorno" y ha hecho prevalecer el derecho aplicable a la nacionalidad del causante.